RUIDO NOCTURNO EN LA CIUDAD

¿PERO A QUIÉN SE LE HA OCURRIDO QUE LIMPIAR LAS CALLES POR LA NOCHE CON ESTAS MÁQUINAS ES BUENA IDEA?
QUÉ ALGUIEN MIDA LOS DECIBELIOS DE ESTAS MÁQUINAS POR FAVOOOR!!

REPOBLANDO EL MUNDO RURAL

Veo a menudo en internet noticias como ésta

http://es.blastingnews.com/sociedad/2015/01/aldea-busca-inquilinos-a-100-euros-00232193.html

Leyendo el artículo piensas que si la mayor parte de sus habitantes se fueron a vivir a Méjico, es porque las oportunidades laborales en esa zona son inexistentes. Es decir, tienes que ir con un trabajo que puedas hacer desde casa, y además, con dinero suficiente para pagar las reparaciones de una casa que fue abandonada hace 20 años. 
Esa casa que vas a reparar ni siquiera va a ser de tu propiedad una vez arreglada, ¿merece la pena?
Si las ventanas no son buenas, y el tejado-techo no aisla bien (cosa probable en casas de más de 20 años)puedes gastarte 200€ al mes en leña o gasóleo para calentarla. Y no exagero, hablo por experiencia. 
Ya son 300€ al mes. 
Pongamos que con el resto de las facturas (luz, agua, internet, teléfono) y tirando por lo bajo, tenemos unos 150€ más. 
Ya son 450€ al mes
¿Y cuánto vas a gastar en gasolina? ¿Cómo vas a ir a comprar, a hacer gestiones como sacar dinero, o ir al médico? Pues en coche... Pongamos otros 80€ tirando por lo bajo de gasolina al mes.

Total, más de 500€, eso sin contar gastos de comida, reparaciones de casa, etc...

¿Cómo pretende un pueblo repoblarse con este tipo de ofertas?
Estoy segura de que si el ayuntamiento creara trabajo remunerado para rehabilitar esas casas para luego ofrecerlas en alquiler con derecho a compra la cosa cambiaría... O si el ayuntamiento ofreciera hectáreas de terreno y rebajara el precio de esas casas para poder comprarlas y trabajar la tierra quizá habría más familias que se animaran a repoblar esa aldea.
El problema sigue siendo una cuestión puramente lógica, y digna... La gente necesita un trabajo que le permita pagar un techo donde vivir... Seguimos creyendo que la riqueza en este país se genera especulando y así nos va. Dejemos de especular y empecemos a trabajar, a estudiar, a buscar alternativas sostenibles y realistas.

Tiempo libre en un pueblo

Esto es la monda
Hace como dos meses que no veo a mi vecina, pero la sigo en facebook, en el grupo "No eres de Valdelejos si no..." 
Vamos no me jodas... es que esto ya es el colmo... Ahora que empieza el buen tiempo (finales de abril) seguro que me la vuelvo a encontrar algún día, pero creo q la última vez que la vi fue para San Blas, un día de nieve pero con sol en el que salimos todos los del pueblo a la calle a hacer la fotosíntesis...
Trabajar en casa y en un pueblo pequeño tiene esos inconvenientes, la sensación de aislamiento es tremenda, algunos días se hace difícil.
Odio profundamente la sensación de "estar hibernando" que tienes en los pueblos pequeños en invierno, la de que se vaya el sol a las 6 de la tarde y mires por la ventana y no haya NADIE en la calle... Pasa algún gato de vez en cuando... Vas al bar y tienes a cuatro jubilados jugando a las cartas y a la camarera viendo el "Sálvame" en la tele. 
La alegría de la huerta.

Matas el tiempo libre en las redes sociales y llegas a pensar...¿cómo viviría la gente en los pueblos pequeños antes de la llegada de internet?... ¡qué gozada esto de estar tan conectados! pero al final te das cuenta de que tienes tal saturación de información chorras (frases de autoestima, videos de animales, noticias de distintos periódicos, posts de tus amigos), que simplemente te cansa, te deprime, no llena tu tiempo, sólo hace que pase, sin más...
Otro día más que NO HAS HABLADO CARA A CARA CON NADIE 😞
Enciendes la tele, pero casi es peor que las redes sociales, así que al final, te das a la lectura o a ver películas en alguna plataforma online.
Y todo esto lo haces un mes, dos meses, vale...pero cuando llevas desde octubre hasta abril, 7 MESES haciendo eso, te cansa... te aburre soberanamente.
Así que si eres una persona mínimamente inquieta, te pones a cocinar, a tejer, a hacer un huerto en tu terraza, a hacer pulseritas, a hacer fotos, e infinidad de cosas que probablemente en la ciudad jamás hubieras hecho...

 ¿Por qué? 

Porque en la ciudad siempre hay algo que hacer, siempre, una exposición, un concierto, una sesión de cine... Que luego siempre puedes quedarte en casa hibernando, pero simplemente el hecho de tener la posibilidad de hacer algo más, te hace sentir un poquito más libre, un poquito más acompañado, te hace sentir que eres parte de un todo y no un ser humano apartado del mundo y rodeado de silencio y nieve.

Los horarios y la vida

Hay una cosa en la ciudad que me saca de quicio y que no me había planteado hasta que me fui a vivir a un pueblo.

¿Qué necesidad tiene la gente de ir a comprar a un centro comercial un domingo? ¿Y de ir a hacerse unas mechas a una peluquería china un viernes santo por la tarde? ¿Qué necesidad hay de que una cadena de comida basura esté abierta 24x7? 

¿Realmente la gente no se da cuenta de que esa "disponibilidad horaria permanente" de los comercios genera una esclavitud horaria para los que trabajan en esos comercios? ... 
Y mucha gente dirá "pues si no quieren que no trabajen en sitios con horarios así" ... Es que cada vez hay más lugares con esos horarios, pensadlo...
Comenzamos en los años 90 con las tiendas de todo a 100, ir al "chino" a por cualquier pijada, a cualquier hora, es ahora algo normal... Luego ya el horario de las gasolineras empezó a ampliarse. Más tarde, empezamos a ver que los grandes almacenes abrían fines de semana claves como los de Navidades etc... también empezamos a ver que muchos bares generalmente regentados por chinos también tenían unos horarios maratonianos... Y esto va a más, cadenas de comida rápida abiertas a cualquier hora, autobuses que se llaman "buhos" porque sólo salen por la ciudad por la noche, pequeños supermercados abiertos hasta las dos de la mañana...
... Y claro, luego nos quejamos del ritmo frenético de la vida moderna, de los horarios... realmente nosotros hacemos esos horarios, esa vida frenética... En las ciudades, sobre todo en las ciudades,  LO QUEREMOS TODO PARA YA, a cualquier hora y si puede ser LO MÁS CERCA DE CASA POSIBLE... 
Antes, cuando oía la frase "la ciudad nunca duerme" me agradaba, ahora me parece asfixiante...
Y así nos va...
 Yo sinceramente haría un boicot a todos esos comercios con horarios que realmente juegan con la vida de sus trabajadores.
El descanso es necesario, es imprescindible, es vital, y la cultura del descanso en las ciudades se está perdiendo. Toda esa vida consumista parece tener que estar funcionando cuantas más horas al día mejor. Es realmente mejor? Para quién? 

El invierno... Eterno

Reconozco que el invierno ha podido conmigo...
No puedo más, estoy de ir en coche del pueblo a la ciudad para tener citas médicas hasta el mismísimo... 
La atención médica rural, si tienes un problema de salud más o menos serio, es una mierda, los médicos en seguida te hacen un volante para ver a una especialista en la ciudad... 
Y la soledad de este lugar, cuando estás jodida... Bfff... 
Llamadme blanda, moñas... No puedo más ... 
Me vuelvo a la ciudad
Lo he estado pensando mucho, necesito estar cerca de mis amigos, de mi familia y de mis médicos, no puedo más... 


Gente que habla sola por la calle

El otro día me escapé a la ciudad a pasar el fin de semana, y me di cuenta de una cosa horrible, la cantidad de gente que veo hablando sola por la calle,y no me refiero a los que llevan el manos libres, no, me refiero a gente de mi misma edad, absorta en sus pensamientos, que he visto murmurando, moviendo los labios, hablando para el cuello de su camisa, como recordando una conversación con alguien, o repasando los planes para ese día...
Quizá es algo que yo misma hacía cuando vivía en la ciudad, y que no me permitía fijarme en que los almendros de esa calle ya habían florecido, o que empezaban a salir lirios en el jardín de enfrente.
Ahora sí me fijo en esas cosas, quizá porque la vida en el pueblo me ha enseñado más a pensar en el AQUÍ y el AHORA.
Sinceramente, aunque los inviernos sean duros y se hagan largos, creo que he ganado en salud mental y en general, en calidad de vida.

Esas guarradas que comemos en la ciudad

Pues sí, en los pueblos se come muy sano, verdurica de la huerta, fruta recien cogida, los tomates saben a tomate y las mandarinas aún tienen pepitas... Pero... ¿Qué me decís de todas esas guarradas que nos gusta comer en la ciudad? Siempre que vuelvo a la ciudad me entran unas ganas terribles de ir a comer a un restaurante chino, o comerme un kebab grasiento, o uno de esos helados con tropezones de chocolate que sirven con cuchara grande... Ais! Cómo echo de menos esas cosas en el pueblo, muchas veces el hecho de tener que coger el coche para llegar al pueblo más grande o la ciudad más cercana para poder saborear una de estos antojos de comida rápida hace que simplemente te de pereza, y al final te quedas en casa y te tomas algo parecido, pero que nunca te sabe tan bueno jejeje... 


Generación espontànea de acelgas

Andando por el monte he encontrado un trozo de tierra con unas matas un poco raras y me he acercado a ver qué eran y resulta que son acelgas! Jajaja! Han salido así porque sí! Sin más! Jajaja! Aunque con las últimas nevadas creo que se han congelado. En fin, me ha resultado curioso esto de que nazcan así de pronto en medio de la nada, esto no pasa en la ciudad !



Invierno duro

Lleva 4 días nevando.
El primer día todo me pareció precioso.
El segundo, con más nieve todavía,hice un muñeco de nieve.
El tercer día empecé a cansarme del chipichop y el cansancio de ir a todos lados con los pies hundiéndose en el suelo.


Hoy es el cuarto día y la sensación de soledad y el silencio aplastante de la nieve me están empezando a agobiar.
Los abuelos del pueblo han dicho que no recordaban una nevada así hacía años, 30 en concreto, según han dicho luego en la radio... 
Lo que más odio es la sensación de inutilidad del ser humano ante fenómenos meteorológicos así. Te das cuenta de que con una simple nevada de cuatro días te vuelves un ser dependiente del quitanieves y las conservas que tengas en casa. 
Y el frío... 13 grados bajo cero de sensación térmica y bajando en los próximos días... Bffff...
Cómo echo de menos un poco de ajetreo urbanita, la inmediatez de todo, de una cafetería con churros calientes, de un pequeño concierto en directo en algún bar de la zona universitaria... Salir a pasear y ver gente por la calle, aunque sea rodearte de personas anónimas, pero al fin y al cabo ver algo más que un manto blanco y una oscuridad helada...
Por cierto, también llevo dos semanas sin fumar, estoy harta de fumar en soledad.


Escapada a la ciudad

He vuelto unos días a la ciudad, de médicos, recados varios, visitas a familiares y amigos... Y sí! Tengo que decir que echaba de menos los pequeños lujos de la vida urbana, el ajetreo, los cines, ver escaparates con ropa, los pequeños comercios de toda la vida, todo con su encanto urbanita, todo tan práctico, tan inmediato y tan fácil de conseguir...


... Pero después de unos días aquí (10 días) empiezo a echar de menos la calma y el silencio del pueblo por las noches, porque aquí,en la ciudad, me siguen despertando los camiones de la basura por la noche, y los autobuses urbanos que comienzan su ruta a las cinco y media de la mañana...¡pobres conductores, qué madrugones se pegan!...aquí en la ciudad aborrezco la gente que no recoge las cacas de sus mascotas en el parque, la gente que no deja sentarse a los abuelicos en el autobús, o los que van paseando el carrito del niño por el carril bici... aquí en la ciudad la gente no es tan cívica como creía, ni tan humana... esas son cosas que echo de menos del pueblo, pararte con la gente a hablar por la calle, porque no tienes prisa, porque la panadería (que es el único comercio que hay en mi pueblo) te queda cerca y tienes tiempo para pararte a hablar, preguntar por la familia, hablar de la última nevada...

En mi ciudad la gente va con prisas, casi siempre, corriendo a coger el autobús, corriendo a sacar dinero de un cajero, corriendo a buscar sitio para aparcar, corriendo para pasar un semáforo en ámbar...

Echo de menos el ritmo pausado de la vida en el pueblo, el ritmo que tú eliges, el que sólo te marca las campanas de la iglesia, o alguna jota del pregonero del pueblo a las 12 y a las 5 de la tarde si hay algún aviso importante para los aldeanos... El resto del tiempo es TUYO, y hay tiempo para andar con los perros, escuchar música mientras cocinas, mientras plantas las acelgas con el sol en la cara, para trabajar, desde casa, a tu ritmo, sin jefes, sin tener que fichar ni llevar una tarjeta, sintiéndote dueño de tu tiempo y de tu vocación, disfrutando todas las horas del día, las de la luz y las del descanso.